Estos son los cafés más tradicionales y emblemáticos del mundo
Muchos de estos sitios tienen gran valor arquitectónico y en ellos es posible leer parte de la historia de las ciudades.
1. Café Europa, Praga: Con estilo art noveau, este
café de 1906 se ubica sobre la Plaza Wenceslao, escenario de hechos
históricos como la Primavera de Praga. Su interior es deslumbrante
aunque lo ideal es sentarse en las mesitas exteriores, con vista a los
canteros verdes del histórico boulevard. Su fachada, amarilla, adornada
con figuras doradas y balcones, recuerda al esplendor de los viejos
hoteles europeos. Conserva mostradores, espejos y lámparas originales de
cuando el bar era la recepción de un hotel. Se sirven los mejores cafés
y tés sobre impecables manteles blancos.
2. Café Hawelka, Viena: Ubicado en el Distrito 1,
Leopold y Josefine Hawelka lo abrieron en 1939 y preparaban el café en
una cocina a leña. En los ’50 se convirtió en punto de encuentro de
artistas y escritores como Arthur Miller y Andy Warhol. Más allá del
café, su especialidad son los Buchteln, unos bollos de mermelada y de
azúcar que ahora son cocinados por la segunda generación de la familia.
Su fachada, despojada y pulcra, y las sillas Thonet haciendo juego con
las mesas de mármol, remiten a una postal de la Viena antigua. Diseñado
por el célebre Adolf Loos.
3. Quadri, Venecia: Fue el primero en ofrecer el café a
la turca y hoy es uno de los puntos privilegiados desde donde
contemplar la ciudad. Bajo los arcos de la piazza, fue abierto por
Giorgio Quadri en 1775 en un contexto de gran competencia porque, de los
más de 200 cafés, muchos estaban en San Marcos. En verano, hay música
clásica al aire libre. Y tomar un café vale mucho.
4. Els Quatre Gats, Barcelona: Abrió en 1897 como
cervecería, restaurante y cabaret y está en un edificio de corte
modernista. En paralelo a su corta vida como cabaret, hasta 1903, tuvo
gran movida artística que incluía publicación de revista más
exposiciones de arte de Pablo Picasso, quién dibujó las tapas de los
menúes. Funcionó como sala musical y literaria y hoy es un restaurante
donde se puede también disfrutar de un buen desayuno con café.
5. Les Deux Magots, París: Recordemos que el primer
café del mundo, Le Procope, abrió en París en 1686. Y, con ese
antecedente, Les Deux Magots se convirtió en especialista de desayunos
de croissants. Situado en el barrio Saint Germain des Pres abrió en 1885
y, un detalle que habla de su elegancia, los mozos continúan vistiendo
trajes con moño negro. Los artistas y literatos que vivieron o pasaron
por París estuvieron aquí: Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Ernesto
Sábato, Pablo Picasso.
6. Cafe Einstein, Berlín: En el mítico paseo Unter den
Linden, este café de fines del siglo XX, tiene un encantador jardín,
café de primer nivel y un ambiente confortable con mesas de mármol,
sillones y un gran ventanal desde el cual apreciar los paisajes que
incluyen a la Puerta de Brandenburgo. Además de diarios de todos los
continentes, en el Einstein uno puede encontrarse con políticos,
artistas, periodistas. ¿Su especialidad? Sin dudas, el Apfelstrudel
(strudel de manzanas).
7. Café Schiller, Amsterdam: Intimo y con un bonito
interior art decó, este café fue muy popular en los años ?20 y ’30. Está
en Rembrandtplein, uno de los puntos más animados de Ámsterdam, su
diseño es elegante pero simple y su estilo remite a las librerías o
bibliotecas de época. Aún preserva el brillo que lo distingue desde
1892.
8. Maison Bertaux, Londres: En el Soho londinense,
este pastelería donde venden café es una de las más antiguas de la
ciudad. Data de 1870, y su fachada azul con toldo rayado persiste
intacta en la Greek Street. En su interior se respira cierta bohemia,
con telas de tul rosa, lámparas de pared, piano y mesas de madera
oscura. Sus hits son las tarteletas de crema y frutillas, las perfumadas
tortas de chocolate y frutas y los macarrones de coco.
9. Café A Brasileira, Lisboa: Si bien en Lisboa el
café se sirve de muchas formas, la más pedida es uma bica, una taza de
café bien fuerte. Abierto desde 1905 en Chiado, tiene una antigua
decoración de madera tallada y seguro siempre haya un turista
fotografiándose con la estatua de Fernando Pessoa, uno de los poetas
portugueses más famosos y el más célebre habitué de este pintoresco
café. El rumor dice que aquí se inventó la bica, un bizcochuelo de
canela, y que pedir el café en la barra es más barato. Y la delicia es
el pastéis de Belém.
10. New York Café, Budapest: Situado en la planta baja
del hotel Boscolo, uno de los más importantes de la capital húngara, el
fastuoso New York Café deslumbra con sus pisos, enormes espejos y
ventanales, esculturas doradas que sobrevuelan por el cielorraso y
extravagantes columnas. Desde 1894, el plan ideal es visitar sus amplios
salones y degustar un café acompañado de la torta dobos.
11. Cafe Lalo, Nueva York: No porque Meg Ryan y Tom
Hanks hayan rodado aquí alguna escena de “Tienes un e-mail”, sino por su
excelente servicio y ambiente acogedor, Café Lalo es un rincón
recomendable para quienes buscan deleitarse con alguna delicatesen y en
un ambiente distendido con jazz de fondo. En el West Side Manhattan, a
pocas cuadras del Central Park, sirven muy buen café y, para los
golosos, se ofrecen ¡50 tipos de tortas y 25 variedades de cheescake!
12. Confitería Colombo, Río de Janeiro: Los tranvías
apenas cabían en las estrechas calles de Río, cuando en 1894 dos socios
abrieron la confitería más lujosa del país. Con aires parisinos y
londinenses, sus espejos, mármoles y cristaleros de 6 metros deslumbran,
como en un antiguo cuento infantil, con sus estantes llenos de tortas,
postres y dulces. Lugar de trabajo y encuentro de políticos, poetas y
artistas todos llegan para probar los casadinhos, unas galletitas
rellenas con dulce de leche.
13. Café Brasilero, Montevideo: En la calle Ituzaingó
de la Ciudad Vieja desde 1877, lo mejor de tomar un café aquí es
rodearse de su estilo art noveau de brillantes luces, madera, fotos,
pinturas y afiches. La carta incluye un café con el nombre de Eduardo
Galeano, habitué del Brasilero, que lleva café, leche condensada, canela
y cacao. La historia del Brasilero es la de muchos otros de Montevideo,
como el Sorocabana o el Tupí Namba, pero con mejor suerte: cerrado más
de una vez, casi demolido y restaurado, volvió a abrir en 2008.
14. Sanborns, Ciudad de México: La Casa de los
Azulejos en 1919 ya era catalogada como el café y restaurante más
elegante de México. Con fachada de azulejos de colores y balcones, esta
casona del siglo XVI en el centro histórico del DF, es uno de los íconos
barrocos del país. Su interior incluye patio morisco, escalera
descomunal y el mural del artista José Clemente Orozco. Durante la
Revolución mexicana fue sede de la Casa del Obrero Mundial y, a pesar de
que se convirtió en cadena, el servicio sigue siendo excelente y los
rollos de canela y nuez no perdieron su exquisito sabor.
15. Bar Unión, Santiago, Chile: Un clásico de la
ciudad, el Bar Unión reúne oficinistas, intelectuales e incansables
jugadores de dominó y dados. En el nro. 11 del callejón se caracteriza
por las mesas de madera y la barra en la que, más que café, se bebe
borgoña helado con frutillas.
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